Niños de mentes diferentes que viven en una realidad desigual.
Por César Brenes Quirós* / Fotos Liquidlibrary.com
Una de las características del síndrome de Asperger es la poca tolerancia a la frustración, así como al cambio repentino de rutinas.
Una experiencia única
Los niños con síndrome de Asperger son seres excepcionales que entienden el mundo de una manera muy peculiar.
Como muchos, anhelan vivir en un lugar donde la justicia siempre reine y la amistad sea un valor que represente eterna lealtad.
El problema es que a veces no se percatan de que ese lugar está muy alejado de la realidad.
Tampoco conciben las malas intenciones de la gente o las injusticias; su inocencia no permite intuirlas. Debido a esto cuando se enfrentan al ambiente real suelen ser blanco de bromas constantes.
Aún así, siempre abogan por la verdad, son directos al hablar y utilizan palabras muy pomposas o rebuscadas, propias de los adultos.
Además, frases como “hay miradas que matan” o “se lo tragó la tierra” son difíciles de entender debido a que sus interpretaciones de metáforas, analogías e incluso de simples frases suelen ser literales.
Como apunta el Dr. David Luna, neurólogo especialista en ese síndrome, ellos son capaces de aceptar los cambios pero lo hacen de una manera más lenta que la considerada normal. Además, conforme vayan creciendo esas rutinas específicas se podrán negociar.
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